Las mujeres Indígenas han venido cumpliendo un rol fundamental en sus comunidades, desde sus puestos como mayoras, alcaldesas, guías espirituales, y lideresas comunitarias.
Ellas han sido las encargadas de velar por el buen vivir de sus pueblos y ayudan a garantizar el cuidado de la madre tierra. También aportan para garantizar bienestar en la economía, educación y promover la seguridad alimentaria.