Johana y Brígida son dos mujeres transexuales, aymaras y cholas, que han logrado la titularidad de sus tierras en sus respectivas comunidades Indígenas, ubicadas en el altiplano boliviano. A pesar de los discursos católicos que atraviesan a las culturas aymaras, ellas han iniciado procesos de reflexión en torno a las diversidades sexuales y de género, pues su sola presencia desata un debate sobre el tema. Ambas tienen como respaldo la Ley 807 (Ley de Identidad de Género en Bolivia), que les ha permitido el cambio de datos como el nombre y el género en sus documentos de identidad.