Los combustibles fósiles y otras fuentes de energía convencionales liberan muchos gases de efecto invernadero que perjudican al medio ambiente. Por esta razón, a nivel mundial se habla de la necesidad de una transición hacia el uso de fuentes de energías más limpias y el desarrollo de tecnologías como los sistemas de almacenamiento en baterías. No obstante, para la creación de dichas baterías son necesarios los llamados “minerales de transición”, cuya extracción aumenta el peligro de nuevos desplazamientos y despojo de territorios a los Pueblos Indígenas.
Los combustibles fósiles y otras fuentes de energía convencionales liberan muchos gases de efecto invernadero que perjudican al medio ambiente. Por esta razón, a nivel mundial se habla de la necesidad de una transición hacia el uso de fuentes de energías más limpias y el desarrollo de tecnologías como los sistemas de almacenamiento en baterías. No obstante, para la creación de dichas baterías son necesarios los llamados “minerales de transición”, cuya extracción aumenta el peligro de nuevos desplazamientos y despojo de territorios a los Pueblos Indígenas.
Los combustibles fósiles y otras fuentes de energía convencionales liberan muchos gases de efecto invernadero que perjudican al medio ambiente. Por esta razón, a nivel mundial se habla de la necesidad de una transición hacia el uso de fuentes de energías más limpias y el desarrollo de tecnologías como los sistemas de almacenamiento en baterías. No obstante, para la creación de dichas baterías son necesarios los llamados “minerales de transición”, cuya extracción aumenta el peligro de nuevos desplazamientos y despojo de territorios a los Pueblos Indígenas.
Los combustibles fósiles y otras fuentes de energía convencionales liberan muchos gases de efecto invernadero que perjudican al medio ambiente. Por esta razón, a nivel mundial se habla de la necesidad de una transición hacia el uso de fuentes de energías más limpias y el desarrollo de tecnologías como los sistemas de almacenamiento en baterías. No obstante, para la creación de dichas baterías son necesarios los llamados “minerales de transición”, cuya extracción aumenta el peligro de nuevos desplazamientos y despojo de territorios a los Pueblos Indígenas.
Los combustibles fósiles y otras fuentes de energía convencionales liberan muchos gases de efecto invernadero que perjudican al medio ambiente. Por esta razón, a nivel mundial se habla de la necesidad de una transición hacia el uso de fuentes de energías más limpias y el desarrollo de tecnologías como los sistemas de almacenamiento en baterías. No obstante, para la creación de dichas baterías son necesarios los llamados “minerales de transición”, cuya extracción aumenta el peligro de nuevos desplazamientos y despojo de territorios a los Pueblos Indígenas.
Antonio González Méndez, Indígena ch’ol, miembro de las bases civiles del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y originario de Sabanilla, Chiapas, México, está desaparecido desde el 18 de enero de 1999, fecha en que salió de una tienda cooperativa autónoma del EZLN junto a un joven que era identificado por la comunidad como integrante del grupo paramilitar “Paz y justicia”. ¿Cuáles fueron los motivos de su desaparición? ¿El Estado mexicano ha contribuido en su búsqueda? ¿A qué instancias nacionales e internacionales ha llegado este caso?
“La tortura destruye la personalidad de la víctima y desprecia la dignidad intrínseca de todo ser humano”, pero “a pesar de la prohibición absoluta de ésta según el derecho internacional, la tortura persiste en todas las regiones del mundo”, así lo afirma la Organización de las Naciones Unidas.
En 1959, los Estados miembros de las Naciones Unidas aprobaron la Declaración Universal de los Derechos del Niño, y 30 años después, en 1989, la Convención de los Derechos del Niño. En ambos documentos se establecen una serie de derechos para las infancias, entre ellos el derecho a la vida, a la salud, a la educación, a jugar, a la protección frente a la violencia y discriminación y a que se escuchen sus opiniones.
En 1959, los Estados miembros de las Naciones Unidas aprobaron la Declaración Universal de los Derechos del Niño, y 30 años después, en 1989, la Convención de los Derechos del Niño. En ambos documentos se establecen una serie de derechos para las infancias, entre ellos el derecho a la vida, a la salud, a la educación, a jugar, a la protección frente a la violencia y discriminación y a que se escuchen sus opiniones.
En 1959, los Estados miembros de las Naciones Unidas aprobaron la Declaración Universal de los Derechos del Niño, y 30 años después, en 1989, la Convención de los Derechos del Niño. En ambos documentos se establecen una serie de derechos para las infancias, entre ellos el derecho a la vida, a la salud, a la educación, a jugar, a la protección frente a la violencia y discriminación y a que se escuchen sus opiniones.